La conducta del ser humano es producto de la cultura existente en la sociedad a la que pertenece; por tanto, ésta última determina en gran medida la forma en la que cada persona piensa, cree y actúa. Por ejemplo: todos los seres humanos sienten hambre, pero el cómo, cuándo, dónde y qué comen varía de una sociedad a otra, y de la misma manera sucede con la vestimenta, la vivienda, los medios de transporte, las formas de diversión, etc.
La cultura es el conjunto de símbolos (como valores, normas, actitudes, creencias, idiomas, costumbres, ritos, hábitos, capacidades, educación, moral, arte, etc.) y objetos (como vestimenta, vivienda, productos, obras de arte, herramientas, etc.) que son aprendidos, compartidos y transmitidos de una generación a otra por los miembros de una sociedad, por tanto, es un factor que determina, regula y moldea la conducta humana.
Se pueden producir cambios culturales drásticos. Por ejemplo, en los Estados Unidos en los años 50s, se desencadenó la violencia juvenil organizados en pandillas, fue la época de Nicky Cruz y su pandilla los “Mau Mau” en Nueva York y de la película “Rebelde sin causa” estelarizada por James Dean. Pero durante los 60s los jóvenes norteamericanos, abandonaron la violencia y surgió una cultura pacifista, el movimiento “hippie”, cuyo lema era “Amor y Paz”. Después de los hippies, en los 70s apareció de nuevo la violencia de las pandillas juveniles identificadas como “gangas” o “maras”.
LA SUBCULTURA
Dentro de una cultura existen agrupaciones que se diferencian por su conducta, creencias o comportamiento, a estos se les conoce como “ghettos” o subculturas. Aquí caben las sectas religiosas y las maras. El término subcultura se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para definir a un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman.
La subcultura puede formarse a partir de la edad, etnia o género de sus miembros. Las cualidades que determinan que una subcultura aparezca pueden ser estéticas, políticas, identidad sexual o una combinación de ellas. Las subculturas se definen a menudo por su oposición a los valores de la cultura dominante a la que pertenecen, aunque esta definición no es universalmente aceptada, ya que no siempre se produce una oposición entre la subcultura y la cultura de una manera radical. Cuando la subcultura se opone sistemáticamente a la cultura dominante, estamos en presencia de la contracultura.
Una tribu urbana es un grupo de personas que se comporta de acuerdo a las ideologías de una subcultura, que se origina y se desarrolla en el ambiente de una ciudad.
Algunos críticos y analistas dicen que el fenómeno de las tribus urbanas no es nada más que la búsqueda de los jóvenes por aquella identidad tan añorada. Cuando un joven se junta a una sociedad que posee las mismas tendencias, modas y pensamientos que él, este se sentirá identificado tanto con el grupo como con sus símbolos y modas, y algunas tribus son más intolerantes que un grupo de tendencias opuestas, lo cual podría llevar a la violencia.
La identidad de cada una de estas tribus variará según su ideología y según la persona misma, por ejemplo, mientras que los skinheads son de tendencias violentas, los hippies no rivalizan contra ningún grupo, pues son pacifistas y no hay grupo alguno que les sea íntegramente opuesto.
TRANSCULTURACIÓN
La transculturación es un proceso gradual por el cual una cultura adopta rasgos de otra hasta culminar en una aculturación. Generalmente se produce desde una cultura "más desarrollada" a otra "menos desarrollada". La mayoría de las transculturaciones son conflictivas, en especial para la cultura "receptora" máxime cuando los rasgos culturales son impuestos.
Describe los cambios culturales que representan los cambios de época. La cultura de la sociedad agraria evolucionó hacia la cultura de la sociedad industrial y así hasta la cultura de la sociedad del conocimiento. La transculturación producida por los cambios de época ha logrado enriquecer el contenido cultural de las personas que se ven inmersas en este fenómeno antropológico.
PANDILLAS JUVENILES
En nuestra sociedad, los jóvenes, en su mayoría, tratan de buscar que identificarse con un estilo de vida con el que sientan que son tomados en cuenta realmente. Es por esta razón que cada vez más jóvenes buscan una solución en el pandillaje. Este es uno de los problemas sociales que aqueja más a la sociedad donde actúan un grupo de adolescentes que se enfrentan a problemas comunes y comparten los mismos intereses. En los siguientes párrafos, mencionaremos los las principales causas del pandillaje sociales y económicas.
En este problema, las principales causas sociales que provocan el pandillaje son las siguientes: la familia y la educación. En primer lugar, la familia juega un rol muy importante, pues los integrantes de una pandilla suelen proceder de hogares en crisis o destruidos totalmente o parcialmente por parte de los padres, donde sus necesidades materiales o afectivas no son atendidas para un adecuado desarrollo personal(ARAUJO 2005:1).En segundo lugar, la educación brinda al joven los valores necesarios para contribuir al buen camino y ,así, no caer en el pandillaje.
Por otro lado, existen también causas económicas que provocan el pandillaje que son las siguientes: la pobreza y el desempleo. En primer lugar, la pobreza causa que los jóvenes tengan carencia de bienes es por esta razón que en las pandillas encuentran dinero fácil por medio de robos, distribución y venta de drogas. En segundo lugar, el desempleo, complementa la pobreza, pues al trabajar ilícitamente en las pandillas se gana mucho dinero con la venta de drogas.
En conclusión, los integrantes de las pandillas, mayormente, son jóvenes con pocos valores y maltratados provenientes de hogares destruidos, sin educación, etc. Las pandillas están conformadas, generalmente, para una ayuda mutua entre miembros, defender su territorio y otras más radicales para hacer actos delictivos. En nuestra opinión, la educación y la familia, así seas pobre, son las que más influyen en la decisión del joven para integrarse a una pandilla o seguir con una vida normal.
MARAS
Mara es el término con el que se conoce a las pandillas juveniles en Centroamérica y México. Originadas por el retorno a centroamérica de enormes cantidades de emigrantes deportados por delincuencia desde México y Estados Unidos, transfieren las condiciones para recrear en el plano nacional, aquellas condiciones de marginalidad, violencia, delincuencia y supervivencia, aprendidas y desarrolladas por los deportados en los distintos lugares en los cuales lograron su estadía. A ello se agregan los jóvenes de sectores sociales marginados, conformando una amenaza social por la eventual violencia con la que actúan tanto hacia afuera como hacia adentro de estos grupos.
Básicamente se conforman dos grandes pandillas que se conocen como:
1. La Mara Salvatrucha (MS). La MS es enemiga mortal de la Pandilla 18. Tampoco es correcto decir la Mara 18. El término Mara es exclusivo de la Mara Salvatrucha. La Mara Salvatrucha también es conocida en Estados Unidos como la MS-13. Puesto que nació en la calle 13 de Los Ángeles.
2. 18 ST, (St. es la abreviación de street, calle, en inglés) algunos de sus miembros se tatúan el número "666", 6 + 6 + 6 = 18 que bíblicamente es conocido como el número de la bestia. También utilizan los números en romano XVIII en alusión al número 18. Una de las versiones de su formación dice que nacieron en Los Angeles en torno a disputas territoriales. La "18" tendría su origen en la Calle 18 (18th. street).
Con el aumento de personas que retornaban diariamente, el fenómeno social se hizo no sólo nacional, también regional, de forma que hacia los inicios del siglo XXI, en casi todo Centroamérica se conoce como "Maras" a las agrupaciones juveniles principalmente, ya sean de tipo delictivo, de crimen organizado o simples reuniones de vecinos jóvenes con algo en común.
De manera adicional el fenómeno se agrava a partir de la introducción de drogas de amplio consumo como el crack, marihuana, pegamento para zapateros o inhalantes, cocaína y otras, las que son comercializadas y consumidas en el país por estos grupos de pandilleros.
Ante ello los gobiernos han explotado políticamente la situación, haciendo ofertas electorales que establecen planes para luchar contra la Mara, en forma de plan mano dura, con lo que agregan otro tipo de violencia a la que ya existe socialmente en El Salvador, cuyos componentes principales son de tipo represivo tanto en el ámbito legal, policial y penitenciario. Sin atacar el problema de raíz ó causa social, política, etc. De por que se originan las maras.
El crecimiento de las maras tiene como contraparte el aumento de las remesas que envían los centroamericanos que viven en el exterior, que a la fecha se ha convertido en el principal flujo económico que sostiene las economías locales y la delincuencia desplazando los principales productos de exportación de esa contribución al producto del país.
En varios países se llevan a cabo programas de readaptación social impulsados entre otros, por antiguos miembros de dichas pandillas para salvarlos de ese mundo violento en el que viven y lograr la paz social.
Su principal fuente de ingreso, además de las remesas de Estados Unidos, son las extorsiones a la población. Dichas extorsiones o “rentas” son de carácter obligatorio y no hay negociaciones razonables, ya que las consecuencias son atroces.
Es importante destacar el hecho que las maras, pese a su origen en las batallas entre inmigrantes salvadoreños y mexicanos en la ciudad de Los Ángeles, y que tuvieron su epicentro en El Salvador al ser repatriados forzosamente muchos pandilleros por el gobierno de los EEUU al acabar la guerra civil en El Salvador a principios de los 90, se ha extendido en los vecinos países de Guatemala y Honduras.
Otro error es decir que la Mara Salvatrucha nació en El Salvador y por ende es salvadoreña. La MS nació en un barrio de Los Ángeles, California, por lo tanto es una pandilla estadounidense. En la Mara Salvatrucha hay estadounidenses, salvadoreños, ecuatorianos, hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses, mexicanos aunque se cree que su significado es Mara Satánica.
Las maras constituyen una subcultura de una juventud que no encuentra oportunidades, de familias divididas por la migración y que al tratarlas de manera equivocada, con la “Mano Dura” y la “Super Dura” se les excluyó más, se les criminalizó y radicalizó.
La fragmentación y la segregación social, así como la ruptura de la estructura familiar, son un caldo de cultivo para la generación de las pandilla, ya que los pandilleros son personas que no contaron con los recursos ni las atenciones sociales necesarias para que sus vidas se orientaran por las vías productivas y de desarrollo para ellos mismos y para su comunidad.
Por la falta de cuatro principios en la familia los hijos se desvían:
1. Autoridad: "Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. (Efesios 6:4)
2. Afecto: "no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor" (1ª Corintios 13:5)
3. Amistad: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”. (Juan 15:15)
4. Amor: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16)
La rebeldía del joven nace en el hogar, la escuela, la sociedad y el gobierno, debido a que son instituciones debilitadas. Si en el hogar hay violencia, desintegración o mal ejemplo, se producirá como fruto un hijo rebelde. Si la escuela no educa, limitándose los docentes a ser enseñadores, los jóvenes no tendrán deseos de superación. Si la sociedad no defiende la cultura de paz, es vulnerable para que una subcultura la agreda y la victimice. Entendemos por sociedad, a la población entera, las organizaciones religiosas, empresariales, laborales, deportivas, etc. El gobierno con sus instituciones debilitadas es superado por la delincuencia, en su capacidad de respuesta. Deben fortalecerse las instituciones del estado. Su debilidad ha hecho que se pierda el hábito de obedecer y que vivamos en la indisciplina social. Nuestros gobernantes y los partidos políticos deben merecer el respeto de los jóvenes, para que respeten su autoridad. Nuestros gobernantes deben cumplir las leyes y hacerlas cumplir. Deben atacar los problemas de una manera integral y no solamente de manera represiva. Las maras constituyen uno de los peores males sociales que enfrentamos, de los cuales los jóvenes mareros son también víctimas.
En su mensaje del pasado 15 de septiembre, el Presidente Funes invitó a las distintas fuerzas vivas de la nación a trabajar unidos para superar problemas como el de la delincuencia. Y tiene razón, el problema de las maras representa una debilidad institucional, una falta de autoridad tanto en la familia, como en las iglesias, las escuelas, la sociedad y el gobierno. Es decir, es un problema de estado. No podemos dejar de mencionar la meritoria labor de algunas iglesias con los jóvenes mareros, logrando su rehabilitación e inserción. Es evidente que una nación desesperada, es una nación necesitada de la fe, necesitada de Dios, quien nos desafía a través del Profeta Jeremías diciendo: “Clama a Mí y Yo te responderé”.
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